El Origen De La Filosofia

"El origen de la filosofía es patrimonio de la humanidad & es universal"

martes, 29 de noviembre de 2011

IMPORTANCIA DE LA FILOSOFIA



"Si no sabemos en todo momento a donde vamos, puede resultar útil saber de donde venimos". Eso es lo que intenta descubrir la ciencia de la filosofía y la historia de la filosofía te ofrece las explicaciones que dieron los grandes pensadores de la historia a cuestiones como esa.




Importancia de la filosofía en la ciencia:

La filosofía nos ayuda en la ciencia en primer plano formulando una duda de la cual se derivan múltiples experimentos y teorías con las cuales podamos resolver lo que nos hemos planteado, es así que la filosofía se vuelve una parte esencial en la ciencia ya que a base de ella la ciencia es día a día impulsada a buscar nuevas respuestas para contestar la pregunta dada: ¿porque sucede esto o aquello?


Como decían los grandes sabios para entender el universo primero debes pensar la importancia de la filosofía es que gracias a ella tenemos tantos invento por que para poder inventar algo primero hay que pensar en ello por ejemplo: cuando se invento el automóvil fue pensado como una comodidad para la persona sin la filosofía la ciencia solo estaría en los principios y no estaría tan avanzada como lo esta ahora.

Importancia De La Filosofía En La Vida Cotidiana:

Actualmente vivimos en un mundo donde todo es lo práctico, lo que tiene comoresultado de inmediato, lo que empleamos y lo que nos sirva para aquí y en el preciso momento. Pero aquello que tiene más que ver con las humanidades, con las letras, la filosofía, parece que no tuviera tanta importancia y muchos jóvenes por ejemplo se pregunta ¿Por qué es importante tener en nuestra vida la filosofíao todo aquello que tenga q ver con la filosofía? Y yo creo que es una pregunta que muchos jóvenes dudan acerca de este tema pero creo que la filosofía es algo muy útil en la vida diaria ya que aparte de tener más conocimiento y sabiduría vemos las cosas de otro modo. La palabra filosofía tiene el significado como “amor por el saber”. La filosofía ahora en la actualidad es muy importante como lo era entiempos pasados ya que nos ofrece una gran amplitud de lo que es la vida de otra manera verla desde otra perspectiva.la filosofía te ayuda a ver las cosas de diferente forma. La filosofía nos ayuda a cuestionarnos el porque de las cosas, si practicas la filosofía estarás mejor ubicado ante la situaciones del diario vivir dentro de esta encontraras subcategorias como el subjetivismo, materialismo, escepticismo etc., los cuales a medidas adecuadas te pueden brindar un panorama mas amplio de tu entrono y ser mejor cada día.
la filosofía no siempre se relaciona con la vida la filosofía se relaciona con la vida en el momento en que todo dentro y fuera de ti empieza a girar con armonía cuando empiezas a ver los resultados de tus acciones bien pensadas ahí esta la sabiduría nunca veras a una persona que tenga mala vida y reaccione la filosofíaa su vida eso no pasa a ignorancia vuelve blando el lugar en el que estas y nadie quiere salir de ese cómodo sitio la filosofía te levanta y te pone a trabajar cada neurona hay un filo entre este pensamiento y ahí empieza la locura hay que mover los hilos de la cordura con mucho cuidado cuando se trata de analizar nuestra propia vida en pocas palabras la filosofía en la vida cotidiana nos ayuda a llevar nuestra vida por el buen camino.

Importancia de la filosofía en el arte:
los artistas se mueven con la filosofía ellos piensan y meditan cada cosa de una simple hoja sacan mil poemas, canciones, obras teatrales, la filosofía les ayuda a fantasear con las respuestas del que sera y gracias a esto crean las mas bellas obras de arte.


Aun cuando los artistas puedan ser genios únicos movidos por unas energías creativas propias, también son en gran parte un producto de la sociedad en la que viven. Ésta debe procurar un grado de bienestar económico y suficiente tiempo libre como para permitir que el público o las instituciones puedan pagar a los artistas profesionales, como hacían los sacerdotes sumerios o los príncipes renacentistas. Un artista aficionado ha de poder disponer de tiempo libre, tanto el granjero que talla o la granjera que borda durante el invierno como el empleado de una oficina que se dedica a pintar los domingos. Incluso la decisión de ser artista puede fomentarse culturalmente. En muchas sociedades tradicionales era costumbre que los artistas, como otra mucha gente, siguieran la profesión de sus padres, como las familias de actores o pintores en Japón y las dinastías familiares de músicos en la Europa del siglo XVIII.


Los recursos físicos de la sociedad en que vive el artista condicionan el medio con el que trabaja. En una zona como Mesopotamia, carente de piedra, los arquitectos sumerios habían de construir con ladrillos; los pastores nómadas asiáticos tejían la lana de sus rebaños para hacer alfombras; los pintores medievales europeos trabajaban sobre paneles de madera, paredes revestidas de yeso, vidrieras de ventanas y pergaminos en una época en la que el papel no era conocido en Occidente. Pero en el siglo XX la producción en masa y el comercio mundial han proporcionado a los artistas un enorme abanico de materiales.

El medio que utiliza un artista condiciona el estilo de su trabajo. Así un escultor ha de tratar la piedra de modo diferente a la madera; un músico logra con los tambores unos efectos que difieren de los que logra con los violines; un escritor, si escribe poesía, ha de cumplir ciertos requisitos que en una novela serían irrelevantes. También la tradición local afecta a los estilos artísticos; los diseños en la cerámica de un área geográfica y un periodo determinados, pueden ser geométricos y en otros, naturalistas. La tradición en la India prescribía que se representara a Buda con el pelo muy rizado, al igual que la tradición occidental estipulaba que Cristo fuera representado con el pelo largo. Los artistas de Oriente hacían caso omiso de la perspectiva científica, que ha sido una de las preocupaciones fundamentales de los pintores occidentales desde el periodo renacentista en Europa.


Además, el tema artístico está muchas veces dictado por la sociedad que lo financia. El arte y la arquitectura de Egipto, dominado por el Estado y las concepciones religiosas, utilizaban como motivos la glorificación del faraón y la vida después de la muerte. En la piadosa Europa medieval, la mayor parte de las artes visuales y el teatro trataban temas cristianos. En el siglo XX en los países totalitarios el arte oficialmente reconocido había de estar al servicio del Estado. Desde el siglo XIX, en la mayoría de los países occidentales, los artistas han disfrutado de mayor libertad en la elección de los temas y, en algunas ocasiones, la forma de la obra se ha convertido en el tema, como sucede en el arte conceptual y en la música pura.

El rango social de los artistas ha ido cambiando en Occidente a lo largo de los siglos. En la época clásica y en la edad media los poetas y escritores, al utilizar para sus obras sólo la capacidad intelectual, estaban considerados creadores de rango superior a los actores, bailarines, músicos, pintores y escultores, que utilizaban la habilidad manual o física. Pero desde el renacimiento, cuando empezaron a valorarse todos los aspectos de la personalidad humana, la capacidad creativa en el campo de las artes visuales y de representación ha ido ganando mayor reconocimiento y prestigio social. Hoy en día el arte se considera, en todas sus categorías, como parte fundamental de los logros de la humanidad y muchos creadores de los más diversos campos artísticos se encuentran entre los ciudadanos más famosos del mundo.

Importancia de la filosofia en la técnica:
Filosofía de la técnica remite a la génesis misma de la técnica, noción anterior a la de tecnología. En este sentido habría que entender "tecnología" como la técnica resultante de la simbiosis entre ciencia y técnica, que ocurre a partir de la segunda mitad del siglo XX como consecuencia de la incursión de las grandes corporaciones en la investigación científica y consecuentemente la creación de un nuevo modelo de científico asalariado. Pareciera que "tecnología" remite a la sofisticación de la técnica, sobre todo a partir de la informática. Una técnica con base científica sería tecnología. Sobre la base de esta distinción puede comprenderse que "filosofía de la tecnología" apunta a trabajar los conceptos emergentes de esta nueva técnica sofisticada. Sin embargo hay otras interpretaciones que permiten retomar la categoría de "Filosofía de la técnica" como aquella que elabora y reflexiona sobre los conceptos de todas las técnicas sin distinción. Para Gilbert Simondon, filósofo francés que vivió entre 1924 y 1989, es conveniente usar el término "tecnología" siguiendo su etimología: "estudio o conocimiento de la técnica". De este modo técnica y tecnología no son nociones de una misma clase; la tecnología sería el estudio de las técnicas. Sostiene Simondon: "La filosofía debe fundar la tecnología, que es el ecumenismo de las técnicas, porque para que las ciencias y la ética puedan encontrarse en la reflexión, hace falta una unidad de las técnicas..."(Simondon, Gilbert, El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo Libros, Buenos Aires 2007, pág. 180), es decir que la filosofía necesita de una unidad de las técnicas, la tecnología, para reflexionar sobre las ciencias y la ética. La filosofía de la técnica incluye también la reflexión sobre la tecnología en tanto que estudio de todas las técnicas.
Por lo tanto la filosofia junto con la tecnica hacen una filosofia mas compleja pero mas interesante.

Importancia de la filosofía en la religión:
La investigación filosófica de la naturaleza y base de las creencias religiosas es una de las más antiguas y constantes áreas del esfuerzo filosófico. La creencia y práctica religiosas originan una variedad de tópicos filosóficos planteando preguntas epistemológicas sobre la justificación de la creencia religiosa, preguntas metafísicas sobre la naturaleza de Dios y del alma, y preguntas éticas sobre la relación de Dios con los valores morales. Son tantas las principales preocupaciones filosóficas interrelacionadas en el ámbito religioso, y tan inmediato su interés, que la filosofía de la religión es uno de los campos más significativos de la investigación filosófica tanto de pensadores cristianos como de otras confesiones. Los problemas clásicos en la filosofía de la religión se centran en los argumentos para la creencia en Dios, la inmortalidad del alma, la naturaleza de los milagros, y el problema del mal.

Argumentos para la creencia en Dios

Generalmente los creyentes se han visto obligados a defender, apelando a argumentos filosóficos, su creencia en una realidad suprasensorial como es Dios,. Los argumentos clásicos para la existencia de Dios son los cinco modos de Tomás de Aquino y la demostración ontológico de Anselmo de Canterbury.

Los argumentos de Aquino son variaciones de dos formas principales, argumentos cosmológico y teleológico. El argumento cosmológico se basa en la premisa de que la existencia y actividad del universo exigen una explicación en una entidad más allá de sí mismo. En una versión propuesta por Aquino y filósofos contemporáneos como Richard Taylor y Frederic Copleston, al universo se le ve como una entidad simplemente contingente o posible. Como ser contingente su existencia requiere explicarse en un ser fuera de él, un ser capaz de mantener el universo en existencia. Según esta posición el universo debe su existencia a un ser "necesario", es decir, que no puede no existir, que explica su propia existencia. Así, de la existencia contingente, simplemente posible, del mundo, se afirma que se puede demostrar la existencia de Dios.

El argumento teleológico o del "diseño" propuesto por Aquino y William Paley, entre otros, nos impulsa a inferir del buen ordenamiento de la naturaleza, la existencia de un diseñador supremo. Paley compara nuestra experiencia del intrincado orden y adaptación de las partes al conjunto en la naturaleza, a encontrar un reloj; es claro que éste, dados su complejidad y el evidente propósito de su diseño, requieren de la existencia de un relojero para ser explicado. No menos requiere de un hacedor el universo inmensamente más notable. En la más sofisticada versión de Aquino, la adaptación constante, dinámica, de varios aspectos de la naturaleza no inteligente a un orden estable en el mundo exige un orquestador que dé razón de ello.

Los argumentos cosmológicos y teleológicos han estado bajo constante crítica, en especial del filósofo escocés David Hume, conocido empiricista y escéptico. Hume construyó un ataque múltiple contra los argumentos, sugiriendo entre otras cosas que los fenómenos en cuestión son susceptibles de explicaciones alternativas, y que los argumentos en general no prueban un ser único, todopoderoso, sino que en el mejor de los casos un ser de poder limitado o un grupo de entidades lejos de ser infinitamente sabias o poderosas, sino simplemente capaces de causar los aludidos resultados. Desde los tiempos de Hume el debate ha proseguido en círculos filosóficos con gran inventiva y cuidado, sin que ninguna de las partes pueda cantar victoria duradera. No obstante, tales argumentos acerca de Dios continúan ejerciendo considerable atracción en niveles tanto académicos como populares.

El argumento ontológico de Anselmo es la única prueba teísta que procede a priori, es decir, solamente por la reflexión sobre el concepto de Dios, sin referencia a evidencias externas como la existencia o naturaleza del mundo. Anselmo observó que si se define a Dios como "el Ser más grande que cualquier cosa concebible", negar existencia es una contradicción. Así se implica que es concebible "algo más grande que Dios", esto es, un Dios existente. Este ser concebible tendría, además de las características de Dios, una cualidad que le falta a Dios, la existencia, y así sería más grande que el ser más grande acerca del cual nada se podría concebir. En su día Anselmo fue criticado por el monje Gaunilo, que afirmó que con razonamientos similares tendríamos que aceptar la existencia de entidades fantásticas tales como una "isla perfecta"; y más adelante fue criticado por Immanuel Kant, quien sostuvo que no tener existencia no debe entenderse como una característica. Por eso un Dios existente no es "más grande" que uno inexistente, puesto que el existente no tiene características compartidas por un Dios inexistente.

Además del uso de pruebas de la existencia de Dios, tradicionalmente los filósofos de la religión se han interesado en otra vía de posible conocimiento de Dios: la experiencia religiosa. La experiencia mística u otro encuentro putativo con lo divino ¿proporciona un buen fundamento racional para creer, que es lo que han solido sostener los creyentes de todas las tradiciones religiosas? Como sería de esperar, los escépticos tienden a desestimar tales experiencias como evidencia de súper sugestionabilidad del sujeto, según el expresivo comentario de Bertrand Russell de que "no podemos distinguir un hombre que come poco y ve el cielo, de otro que bebe mucho y ve culebras".

Estatus del alma

Otro problema clásico es el estatus del alma y su destino después de la muerte. El Sócrates de Platón y otros han sostenido que el alma está relacionada con el reino estable de la verdad eterna y por eso ella misma es eterna, al contrario del cuerpo, que pertenece al mundo material de la impermanencia y la mortalidad. Además, puesto que el alma es inmaterial y no tiene partes, es, al contrario que el cuerpo, incapaz de desintegración. Más modestamente, filósofos más modernos se han contentado generalmente con procurar demostrar que el alma es lógicamente susceptible de ser entendida como diferente del cuerpo humano mortal. El debate filosófico más reciente se ha referido a si es inteligible afirmar que uno podría "presenciar su propio funeral", es decir, sobrevivir a la muerte corporal.

Lo milagroso

Se ha gastado mucho esfuerzo filosófico en someter las doctrinas teístas, supranaturalistas básicas, a la crítica, o en proporcionar refinamientos y defensa del teísmo. El concepto de milagro ha recibido significativa atención filosófica. El cristianismo afirma la realidad de lo milagroso y enfatiza la importancia de milagros bíblicos en la fe y la doctrina cristianas, especialmente la concepción virginal de Jesucristo y Su resurrección de entre los muertos. Asimismo, se intenta que los hechos milagrosos de Cristo se tomen como señal de su divinidad. La monumental obra de Hume sobre lo milagroso, "Ensayo sobre el entendimiento humano”, secc. X, presenta los milagros como contradictorios con nuestra "firme e inalterable" experiencia acerca de la regularidad de las leyes naturales, haciéndolos en extremo improbables.

Mucho más probable es que la narración del milagro sea falsa. La crítica de Hume a lo milagroso ha tenido amplia aceptación en una era dominada por el naturalismo; incluso muchos cristianos han estado poco dispuestos a dar gran importancia a los milagros, y algunos incluso los han desestimado o han preferido verlos como simbólicos. Con todo, muchos pensadores cristianos se unen a C.S.Lewis, que en “Milagros: estudio preliminar” sostuvo que una mente abierta debe aceptar la posibilidad de "interferencias divinas" en el devenir corriente de la naturaleza.

El problema del mal

La crítica filosófica y personal más fuerte al teísmo nace del llamado “problema del mal”. Al teísmo se le plantea un problema intelectual considerable al afirmar la existencia de un Dios con potestad, sabiduría y bondad ilimitadas, frente a un mundo reconocidamente plagado de dolor moral y físico. En una versión simple el problema del mal genera un obstáculo permanente para conciliar el concepto tradicional de Dios con la existencia de tales males. En una versión más compleja, como la propuesta por J L Mackie, se le mira como una no-pueba positiva de la existencia de Dios, equivalente a lo que Alvin Plantinga ha llamado "ateología natural". En síntesis, el núcleo del problema del mal es que se sostiene que Dios tiene poder, bondad y sabiduría sin límites.

Pero el mal existe, en la forma de dolor inmerecido perpetrado por el hombre y la naturaleza; la impune persecución del débil por fuerte; la peste, la guerra, el hambre y otros horrores. Dado todo esto, o Dios tiene poder, bondad y sabiduría limitadas, o no existe; es decir, es incapaz de eliminar el mal o está poco dispuesto a ello, o bien no sabe de su existencia o de soluciones para eso. El problema del mal presupone que Dios no tiene ninguna razón para permitir el mal, que sobrecompense los efectos negativos del mismo. Las respuestas teístas tradicionales, o teodiceas, se han centrado en este supuesto. La “defensa de la libre voluntad”, de Agustín, indica que al crear seres libres, Dios necesitaba permitir la posibilidad del mal, y un mundo con los seres libres es superior a un mundo de autómatas.

Recientemente John Hick, tomando una idea de Ireneo, ha sugerido que Dios nos ha colocado en un ambiente difícil, adecuado para desarrollar en sus criaturas madurez moral y espiritual, más que en un mundo inmensamente cómodo. Mientras que Gottfried Leibniz trató de decir que así cada mal es necesario, teodiceas modernas y más modestas como la de Hick se limitan a minar las bases de la señalada contradicción, mostrando que uno puede afirmar congruentemente la existencia de Dios y la realidad del mal.

Énfasis contemporáneos

Mucho de la filosofía contemporánea de la religión se centra en las preguntas relativas al uso del lenguaje al referirse a Dios. Siguiendo a Hume, filósofos contemporáneos como AJ Ayer y AGN Flew han planteado preguntas críticas sobre el lenguaje religioso, en especial, han afirmado que el discurso acerca de Dios es tan cognitivamente sin sentido como cualquier guirigay, puesto que no es susceptible de comprobación o de falsabilidad empíricas. Contemporáneamente también es de interés la coherencia lógica de la doctrina de Dios como tradicionalmente Lo entiende el pensamiento judeo-cristiano.

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